Espejo de Luna

martes, abril 25, 2006

Tu río y cielo

Image Hosted by ImageShack.us

Cómo decirte que en mis sueños
continuamente te estoy aprendiendo,
aprendo en ti, Sirena, lo que es la belleza
recorriendo incesante tus íntimas pruebas
con todos mis tactos que se esponjan
queriendo empaparse de la caricia de tu cuerpo.

¿Te lo sabré decir, te lo puedo decir?
Entre tus piernas suaves pasa un río,
lecho insinuado para el agua viva;
entre la dulce sombra o musgo claro
que crece y oculta hermoso nenúfar.

Entre tus piernas bellas sólo un río
en el fondo siento cruzar único.
Agua clara sin tiempo que te nace
y que sobre mi caricia desemboca.
Hermosa conjunción de agua y flor,
botón secreto que en tu luz perfuma
el nacimiento de más luz creciéndome,
envolviéndome con su misterio (a)dorado;
cuando en caricia de sueños tu amor empuja
y me abraza como queriendo ingresarme
en el delicioso manantial de su agua.

Galaxia íntima que me acaricia y a más sed
de tus luceros me convoca;
cuando mis caricias soñadoras desean saber
y preguntan y avanzan en ti y oyen vivos
los movimientos, íntimos,
los inconfundibles regalos de tu vivir
que me entregan vida, viviéndome.

Certidumbre mía la de saber
que no me hace falta subir
y sí soñar que en tu cuerpo,
entre tus muslos cerrados
donde nada como un pez el sol,
acaricio una hermosa calidez hecha río y cielo.

“Amor, amor, entre mis muslos cerrados,
nada como un pez el sol”
(Federico García Lorca.
Amor de don Perlimplín con Belisa en su rincón)

Image Hosted by ImageShack.us

martes, abril 18, 2006

Entre tus brazos me quiero

Image Hosted by ImageShack.us

Cada noche, cuando me acuesto y pienso que a mi lado te tengo,
yo pongo estrellas entre tu piel y la mía y te recorro entera,
sendero tras sendero, cumbre tas cumbre, descalzando mi amor,
vistiendo tus suspiros, desnudando tus sedas.


Y así, Sirena, yo soy un hombre que te canta y se enamora
de ti más acá del otro el lado de la luna,
y me siento la prolongación de tu sonrisa y de tu cuerpo
en el abrazo de sentirte, de tenerte, de sabernos.

Estando así, pensándote, te recorro y soy algo que crece,
algo que sonríe despierto y que desea serte más caricia.
Y es que, Sirena: tierna mía, la caricia me la agolpas,
no sabes tú de qué manera.


Entonces, mi boca quiere besar la suavidad de tu boca
y mis párpados caen colmados de deseo,
tan susurrantes como consiente el aroma de tu cuello abajo,
y siento como tu piel con su sedosa tibieza pide noches
y mi boca deseosa pide noches, también.

Noches silenciosas, de oscuras lunas suaves,
noches largas, suntuosas, cruzadas de palomas,
en un aire hecho manos, amor, ternura dada,
noches como navíos...

Qué afán el mío, Sirena, de navegarte despacio,
cada noche, y encontrar la vida en la dádiva de tus besos,
mientras tu aliento apasionado me desnuda las sienes
y se estremece el aire con un dejo de vida,
y se estremece aún lo que no es aire, el haz ardiente de tu cabello,
el terciopelo estremecido de tu voz, y, a veces,
la ilusión ya poblada de caricias suspendidas que nos pueblan
y en las que me arropo cuando los párpados descienden
en el beso del sueño que nos lleva al amanecer de otro beso.

martes, abril 04, 2006

En tu piel

Image Hosted by ImageShack.us

Ahí en este silencio de tu piel en que creo encontrarte,
como cuando en sueños me sonríes y te vivo, siendo tan de ti,
no pregunto a quién hablan las voces y palacios de la espuma
que vienen a resedarse en los destellos de tus olas, sirena;
prefiero seguir viviendo desnudado por tu jardín de aguazul
y sentir cómo mis besos acarician oro en tu pelo, rosas en tu boca,
y todo tu cuerpo traslúcido en la hermosa claridad de tu rubia primavera.