PRIMAVERA

Está claro que el ser humano es una especie
que muchas veces está alterada y altera
a las demás especies de la Tierra.
Pero lo que es más claro es que en Primavera,
se transforma, evoluciona, se pone nervioso,
se destapa, aparenta lo que no es, enamora,
seduce, ama, (a lo que ama),se arregla y piensa;
aunque eso sí, momentáneamente, que es un ser
alegre, despreocupado y con la vista puesta
en el triunfo, en el futuro triunfo que el
preludio primaveral le concederá en verano,
cuando sea el “rey” de la playa, la belleza
más hermosa y bonita, y los seres más
escultóricamente perfectos que se pueden
admirar desde los tiempos de Miguel Ángel.

La realidad suele ser otra. Todos somos
los mismos seres que somos, con nuestros
defectos, “michelines”, manías, taras, calvas,
preocupaciones, intolerantes, que más que amar
la Primavera como estación con que cada año
la Naturaleza nos obsequia, amamos esa falsa
imagen que queremos aparentar, mientras
seguimos con nuestras guerras y aportando
nuestro granito de arena contaminando,
para que al mundo le sea cada vez más
difícil mostrarnos toda su belleza en
su máximo esplendor.

Esta falla valenciana nos quiere mostrar
algunas de las muchas escenas que por lo cotidianas
no nos detenemos a observar. De ahí su remate,
un enorme pajarero que nos vende la ilusión
de que podemos poseer pajaritos de verdad,
cuando lo que le compramos son pájaros
de juguete, con plumas de colores
y cuerpo de barro que si se nos caen,
se destrozarán, como nuestro falso ego,
como la ilusión de ser lo que no somos.


Vaya aquí una muestra de mi mirada
por la fallas de Valencia estos pasados
días.

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