Sediento de ti

¡Ay, sirena!
Cómo quisiera poder beber muchísimo
más cerca esa melodía acariciante
de tu cuerpo que pienso,
perseguir por toda tu piel las dulces
notas del estremecimiento de tu ser
con la escalada de mis besos y mis pulsos;
sentir tu música prolongándose
en los destellos de mis latidos entre tus brazos...
Beber el blanco manantial de tus sensaciones
y de tu dicha, saborear las notas de tu alma
en la granada de tu boca, y ser de ti más tuyo
en un mismo pulsado grito nuestro.

Cuánto deseo sentirme envuelto
por la hermosísima sinfonía
de las notas de tu cuerpo flotando,
navegando, sobre mí.
Tu canto hace que mis labios quieran
girar en la ruleta de tu boca
y jugar el día con el sol delicioso
de tu íntimo abrazo recién amanecido.

¿Qué me estás haciendo, Sirena?
Sediento de ti me tienes.
Si besarte y beberte y navegarte
y tañir las notas de tu cuerpo
muchísimo más deseo, delicia mía;
y que me navegues y cabalgues
con tus notas hasta el límite
de los ecos de tu sinfonía
en mí hecha tuya en las olas de tu vientre,
en las dulces copas invertidas de tu pecho,
en el cáliz de tus labios...mientras te beso.