ABIERTA FLOR

Me dices:
‹‹Dame la vuelta con cuidado,
con la delicadeza del susurro;
descifrando las claves de mi cuerpo,
sus secretos, las zonas cerradas y sus llaves.
Marca con tiza de besos un mudo camino,
que no te sobren manos, usa todos tus dedos.
Déjame luego un tiempo así, desnuda,
de espaldas. Mírame un rato de lejos.
Ahora dime qué sientes si no puedes tocarme.
Quédate así mientras se va mi imagen.
Espía mi descanso tras las rejas
de tu sueño sin luna.
Tu sueño como un rito
agridulce, vivido, inaccesible.››
A ti me acerco.
Te había imaginado tantas veces...
nerviosa como yo,
tumbada sobre la arena.
Geometría infinita:
volumen, aire, aroma.
Así recorro tus heridas,
me detengo en tus surcos:
bebo de tu boca el beso,
lamo tu flor abierta, la mordisqueo, la succiono.
Me agarro a tus caderas,
todo ahora en ti es concepto.
Doy nombre a cada parte
del cuerpo tuyo que desnudo.
Lo bautizo de besos.
te separo las piernas y las manos,
cambiamos de postura en un instante:
placer, amor, un sueño;
qué haría yo ahora mismo si no fuera
porque eres sólo imagen y deseo, sirena.
Tumbada eternamente
como sonrisa ignota
que se encogiera de hombros,
muda entre los clamores,
permanente sonrisa.
Así te conocí
la noche de las noches,
en el tiempo en que salen como antorchas
los amores más puros,
y vuelven como un sueño
para formar tu nombre
las vocales.