MI CORAZÓN EN TU MANO


Todo mi corazón cabe en tu mano
y en este corazón ya cupo el mundo:
el mundo que no cabe en parte alguna,
salvo en tu mano diosa, la continente.

Todo mi corazón late en tu mano.
Se marcha por el tacto hacia las cosas,
se adueña de tu mundo, que es el mío,
para llamarse entonces mundo nuestro,
lo solo para dos, lo contenido.

Todo mi corazón sabe en tu mano,
conoce por tu piel la piel del mundo,
que nunca nos contiene en cuanto somos,
algo que sólo puede el corazón.

Todo mi corazón crece en tu mano,
que lo eleva a la altura tuya y mía,
nuestra cumbre mejor, los contendientes.

Todo mi corazón lee en tu mano
las líneas que tu mano ha dibujado,
para que el corazón, su gran cartógrafo,
se remonte a tus fuentes trazo a trazo.

Todo mi corazón canta en tu mano,
se hace rima de todo cuanto escuchas,
y tú lo escuchas todo, sirena,
y todo canta.

Todo mi corazón sangra en tu mano,
se purga con dolor de un mundo insano,
se purifica en ti,
y tú lo sanas.

Todo mi corazón es, en tu mano,
la mano que ahora escribe este dictado
que dicta el corazón incontinente.

Mi tuyo corazón ya no es el mío,
mi tuyo corazón arrebatado,
la propiedad privada de tu mano.

Nada sabe de ti la inteligencia.
Tampoco el corazón,
y sabe todo,
es mi corazón de ti enamorado.

VIVIR A MEDIAS

Lo que me duele
no es vivir de esta forma, a medias entre náufrago
y Ulises precavido, a medias entre

viajar atado a un mástil
por miedo a no saber callar a las sirenas
con un silencio pleno y poderoso

o arrojarme a las aguas cuando baja del cielo la
tormenta
que precede al placer.

Me duele estar tan lejos de tu mar y no escucharte
decirme cómo soy:
un héroe y un cobarde al mismo tiempo,
por las mismas razones,
enfrentado a los mismos enemigos,
el invencible derrotado, el desertor que pone en fuga
a todos los ejércitos,
el héroe que conquista lo que el cobarde pierde.

En tu mar me contabas lo que sé
como si fuera nuevo, me hacías a tu imagen
respetando la imagen más profunda que a los dos nos
supera
y que tiene que ver con el sentido primero de mi vida:
quererte.
Y me decías náufrago y Ulises
y luego me besabas todo el día
y yo te besaba toda la noche.

LO QUE TIENE TU MAR

A la mar fui por las rosas.
A la mar fui por canciones.
A la mar fui por mi alma.
A la mar fui por mi sed.
A la mar fui por mi hambre.
A la mar fui por mi sirena.
A la mar fui por el mar.

Estoy enamorado, en lo que digo,
del amor de tus palabras,
aunque no sepa decirlo
y esta sea la primera vez que te lo digo.

A la mar fui por palabras.

El agua de tu pelo que acaricio con la mano
es lo que llamo esperanza
de los desesperanzados.

Fui a la mar por esperanza.

Las sonrisas de mi mar.

A la mar
le he encontrado sus sonrisas,
¡que hermosa es la mar!