Espejo de Luna

martes, octubre 27, 2009


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CONTENERTE

Quisiera ser convexo
para tu mano cóncava.
Y como un tronco hueco
para acogerte en mi regazo
y darte sombra y sueño.
Suave y horizontal e interminable
para la huella alterna y presurosa
de tu pie izquierdo
y de tu pie derecho.
Ser de todas las formas
como agua siempre a gusto en cualquier vaso
y siempre abrazándote por dentro.
Y también como vaso
para abrazar por fuera al mismo tiempo.
Como el agua hecha vaso
tu confín –dentro y fuera– siempre exacto.

Dentro de ti, sirena, donde calla y duerme
un palpitar de acuario submarino,
quisiera hundirme, decantarme, adormecerme.
Y a través de tu espalda, pura, inerme,
si en ella me reclino,
quisiera trasvasarme y extenderme.

Multiplicar mi nido en tus regazos
innumerables, que al cerrar los brazos
no encontrases mi carne, en ti disuelta.
Y que mi alma, en bulto y tacto vuelta,
te resbalase en torno, transparente
como tu frente, amor, como tu frente.

(Honenajeando a Gerardo Diego)

martes, octubre 20, 2009

PROFESORA

Mi sirena me quería enseñar idiomas y a flotar en el agua,
dos de sus muchas especialidades, por un módico precio:
varias veces al mes tenía que pintarle en su cuerpo un mapamundi.
«Chapoteo se dice plafasmós »
«¡La barbilla hacia arriba, no respires!»
Hundirme y mis errores de pronunciación eran,
al parecer, fruto de un mismo vicio: las consonantes
y las olas rompían en mi vida como en un arrecife.
Me tragué varias veces el Pacífico, el Atlántico incluso,
y un millón los poemas de Neruda y de Cortazar
sin por ello aprender a ser una gaviota reposando en el agua
o un acento en el verso.
Los días que tocaba pagar, yo le dibujaba países
y accidentes geográficos, cordilleras, montañas, ríos
y afluentes, los pozos, los desiertos, los océanos.
Ella era sensible a mis dedos manchados de pintura
pero no a mí: jamás me dejó acompañarla al viaje innumerable
que el mapa de su cuerpo prometía.
«Cartógrafo, no amante», sentenciaba
entre hondos gemidos, «pues tampoco sabrías mantenerte
a flote entre mis brazos, ni entender los idiomas que se hablan en mis piernas».
Una vez que su piel exhalaba un aroma a tomillo con yerbabuena
decidí que era tiempo de abonar los atrasos: le coloqué los Andes al norte de Escocia,
pinté con mis labios todos sus meridianos y... ¡la amé!

jueves, octubre 15, 2009


CANTARTE AL AMANECER

Para cantarte mi querer
a lo ancho y a lo hondo
me basta el uno, dos, tres.

Así canto yo y mi mano
acaricia tus espumas
como se acaricia un piano.

Te quise un día de agosto,
te quise sin yo saberlo.
¿cómo iba a saber yo
lo que es querer no queriendo?

No te quería querer
y tú con tus ojos lentos
me ibas sonriendo y sacando
mi amor a la luz del cielo.

Y empezamos a echar flor
los dos a la vez y a un tiempo,
la tuya, color de nieve,
la mía, color de fuego.

La fundación del querer
ha fraguado monumento.
Cada día y cada noche
sigue creciendo, creciendo.

Como planta va creciendo,
sólo que se va estrechando
la rama al crecer y crecer,
se va haciendo aguda aguda
con vocación de campana,
campanilla que va subiendo.

Más cerca vamos estando,
más cerca el cielo se ve
y la tierra se hunde
más lejos a nuestros pies,

y las dos hélices, sirena,
se van a abrazar, qué bien,
en una rama apretada
de amor, de unidad, de fe.

Para cantarte mi querer
a lo ancho y a lo hondo
me basta el uno, dos, tres.

¿Sabes tú lo que es el querer?
Es la soledad perdida
a eso del amanecer.

martes, octubre 06, 2009






















(Imagen "robada" de:
http://www.elcuartoscuro.com/)


ERES Y SOY

Eres la tierra en que me siembro,
eres la mesa en que me sacio,
eres crisol en que me fundo,
eres la copa en que me escancio.

Eres cueva que me cobija,
eres fuego que no se apaga,
eres la Mar en que navego,
eres la montaña que escalo.

Eres la mente que me reinventa,
eres rayo de Luna clara,
eres la estrella que me guía…
Soy hombre de ti, sirena, enamorado.