Espejo de Luna

viernes, mayo 28, 2010

NOCHE DE LUNA HECHA BESO

















Es un momento de esta noche. La luna llena, entera, tensa, perfectamente redonda, acabada de nacer y durísima, quedará en equilibrio, sobre la tangente de la tierra en distancia, como un sol sin rayos, domesticado y gozoso de dejarse mirar.
Un paso; y se lanzará a recorrer su camino, ella, sola, por el cielo, y con su luz por los caminos de la tierra, infiltrando entre los árboles, hasta campo cercano, la finta de su blancura. Luna delicia, celeste luna. Luna de floreado fulgor que para tu cuerpo pienso, para iluminar tu cuerpo; y no a la luna en ti, sirena, sino en la luz de la luna poder besarte.
Te besaré. Y mi beso, ¡qué alto!, te llegará a estremecer; te calará con la bajada de la nieve en el prado, con la calma que pone la miel al esponjarse en pan tierno.
Labios traigo para ganar el principio de tu boca. Fresca boca sangrienta que he de morder; sí, en esa luna que sabe a ti y no eres tú, roja más que corales del océano. Párpados remadores, tus párpados en las aguas de luna. Navegante luna. ¿No vibra en tus oídos la canción del mar, sirena de espumas llena? ¡Tú mar lunado, ausente, tal que un cielo ahora, cielos de luna nueva, esa mirada que no tengo ahora a mi lado y que me aprieta como un dolor…

jueves, mayo 20, 2010

TÚ y YO





















Sirena, no dejes de crecer en torno
a mí. Pon tus pétalos de jacinto
recién cortado alrededor del cuerpo
sin fin que me posee. Madura con tu lengua
sus uvas y limones antes de que la aurora
neblinosa del tiempo los marchite.
Hazme desnudo y fuerte como un alud o el viento.
No dejes de extenderte y limita
mi frente con tu frente, mi pecho con tus pechos,
mis piernas con tus piernas y tu voz.
Que enloquezca, o me olvide de mirar,
o quede ciego: dame el perfecto vacío
que es no tener distancias, y a mi piel
dale horizontes cortos y cercanos.
Que nada, ni la luz, nos ponga lejanías
que no puedan surcar las cicatrices,
el vello, las líneas de la mano.
Sirena que me propones vivir en la certeza,
no dejes de crecer hasta que estallen
las frutas de tus besos en mi boca.

jueves, mayo 13, 2010

MORIR Y VIVIR






















No vivo cuando te sueño
porque no puedo mirarte,

no vivo cuando te miro
porque no puedo soñarte,

me muero cuando te acercas
porque puedo tocarte,

me muero cuando te alejas
porque no puedo acariciarte.

Sirena, ya no sé cómo vivir
si de día no te miro
si de noche no te sueño
si te acercas o te alejas,
pero siento que me muero
cuando te miro y te sueño
acariciándote entera.

jueves, mayo 06, 2010

DULCE SILENCIO















A veces no te digo lo que quiero decirte,
y el hueco del amor se hace paisaje umbroso.
Paso las horas muertas acechando palabras,
indago diccionarios, vuelvo a viejos poemas
en el hermoso sueño de encontrar lo perdido,
las palabras que nombran tu temblor cuando amas.
Escucho los sonidos para ti: manantiales,
vientos, pájaros, truenos, llantos, músicas, risas,
para hacerlos palabras que ofrecerte. Persigo
el remoto universo al que las voces huyen
para morir, y quiero por tu amor rescatarlas
del silencio, y que vivan para que tú las mimes.
Rastreador de palabras esquivas, miro al cielo
por ver si alguna nube dibuja aquellas letras
que busco para darte, sirena. Y en noches solitarias,
mientras sueñas tan lejos de estas cavilaciones mías,
recurro a los amigos que iluminan mis sombras,
viejos brujos que enhebran su emoción de naufragios.
Acuden Luis Cernuda, Darío, Paz, Eliot, Neruda,
Rosales y Salinas, los de siempre.
Y ellos me dan palabras, pero no tus palabras,
no las que yo querría posar en tus oídos.
Porque a veces no encuentro el modo de decirte
cosas sencillas, tales como: te quiero o ámame,
y me pierdo en el pozo de la melancolía,
allá donde la pena se hace oscura, y entonces
entrego a tus oídos palabras que no quiero.
Ya sé que en estos casos lo mejor es callarse,
y unir, dulce silencio, tus labios a los míos.