Entre tu piel y la mía
Yo pongo letras entre tu piel y la mía...¿o lo que pongo son estrellas?Y recorro tu piel entera,sendero tras sendero,descalzando palabras,desnudando mis ganas.Yo soy un hombre que te dicey, cuanto más te dice,más de ti se enamoradesde este lado de la luna;soy la prolongación de tu sonrisa mientras siembro caricias
en la delicia de tu cuerpo.Yo soy algo que, gracias a ti, crece,algo que ríe y clama...Yo, el que te quiere.
Vuelo a tu nido
En tu corazón está mi nido, sí;
y por eso, no pidas a mis alas
que se queden quietas,
que se posen y no te vuelen.
¿Cómo podrían estarse quietas si,
como sabes, por y sobre la deliciosa
y hermosa flor de tu cuerpo
¡no pueden dejar de aletear!?
Mis alas no quieren alzarse en otros vuelos
porque, en ese nido, saben que está
su mejor y más “cálido” reposo;
porque, egoístas ellas, continuamente
quieren sentir tus latidos que hacen cantar,
más que a sus plumas, a mi ser que se había
adormilado por creer que así olvidaba su vida.
En tu corazón también el mío hace su nido
porque, pegaditos, reconocen un mismo impulso ciego
y los latidos que han abierto los caminos de un cariño infinito.
Un hombre dice aire y sus alas se agitan hasta la vida.
Un hombre dice alas y hay un temblor en sus espacios.
Un hombre dice agua y sus olas se agrandan satisfechas.
Un hombre dice aroma y sus ojos se abrazan a la flor.
Un hombre dice sed y sus labios palpitan en el cáliz.
Un hombre dice cáliz y su boca se abre al dulce secreto.
Un hombre dice beso y sus labios se abrasan
amando el húmedo y cálido amor de la flor de tu boca.
Un hombre dice sirena y en suspiro vuela
hacia ti para hacer su nido en el calor de tu pecho.
En la caricia de tu alcance
Quiero y puedo decirte que tu voz de ayer viene derramándosepor mi dentro.Con cien llaves, prisionera de mí,la encarcelo para más tenerte a mano mía.Mano que busca saber caricia de ti y del sabor de tus venas, en el eco que clama a mi oído como puro mensaje de una memoria de tus labios de ondina en los que pienso.Quiero y puedo atreverme a pensar que en beso lentolos recorro, adivinando que embozan músicas en las que danzalengua remota de tu propia llama;en la que arder yo quisiera.Disculpa el atrevimiento mío,sirena, ondina, de pensarme en la caricia de tu voz...en la caricia de tu alcance.