SIN TÍTULO (EN NEGRO)

Hay momentos sombríos que habitan la tristeza,
días en que el invierno vuelve negra el alma,
los desvalidos árboles del cuerpo se abandonan,
la vida se quiebra y se estremece el mundo
cuando encuentras a tu madre en el suelo,
desnuda, como un perro a cuatro patas.

Hay días, como hoy, en que me rebelo
y un temblor me recorre los despojos
del alma. Una sensación parecida a un seísmo
me puebla y me estallan sin aviso el mundo
y las lágrimas como un trueno lleno de sombras.

NUEVO AÑO: MÁS AMOR

Al igual que la vida, sirena,
me discurres en un germen invisible
y, a través de los días, me eres interminable.
Ancestral hilandera de mi acontecer:
el cabo que conduce,
el faro que ilumina,
el sedal que fascina,
el hilo que sutura,
la hebra que define el cuadrante
del mi hilo boreal,
y puntea el perfil de la noche
y el ojal de la magia, persistentes,
surgen de tu rueca, mujer.

En este nuevo año, sirena,
bendita sea tu pureza
y eternamente sea vivificada
desde el sufrimiento del mundo,
desde la grandeza,
desde el amor del mundo,
desde toda criatura,
desde todo mi amor y sus voces
que en este espejo de luna
celebran tu luz y tu misterio.