
Tumbada sobre mi noche
Me tumbo junto a ti, sirena,
mujer de vaqueros y corales.
Tomo tu boca azul que me enamora,
que me muestras eterna en un instante.
Beso el dulce sabor de tu labio abierto.
Silbo todo tu cuerpo como el viento,
como espadas de luz por tus rincones.
Armónica o bandoneón de soplo delirante,
aire que te penetra las rejillas
del alma, que circula por tus hebras
sonoras como un canto liberado;
escapando desnudo del dominio
del tiempo, como un atlas sin fronteras.
Libre como el trazado de tus piernas
que se abren y se cierran sugerentes.
Me tumbo junto a ti, sirena.
Te he imaginado tantas veces…
tumbada sobre la noche.
Geometría infinita:
volumen, aire, aroma.
Junto a ti tumbado,
a ti me acerco…
Doy nombre a cada parte
de tu cuerpo que desnudo.
Lo bautizo de besos.
Así recorro tus caminos,
me detengo en tus surcos:
lamo tu sexo abierto,
lo mordisqueo, lo succiono.
Me agarro a tus caderas,
todo en ti ahora es concepto.
Te separo las piernas y las manos,
cambiamos de postura en un instante:
placer, amor, un sueño;
qué haría yo ahora mismo si no fuera
porque eres sólo imagen y deseo.
Con la delicadeza del susurro,
me dices: Dame la vuelta con cuidado,
descifra las claves de mi cuerpo,
sus secretos, las zonas cerradas y sus llaves.
Marca con tiza de besos un mudo camino,
que no te sobren manos, usa todos tus dedos.
Déjame luego un tiempo así, desnuda,
de espaldas. Mírame un rato de lejos.
Ahora dime qué sientes si no puedes tocarme.
Quédate así mientras se va mi imagen.
Espía mi descanso tras las rejas
de tu sueño sin luna.
Mi sueño, tu sueño como un rito
agridulce, vivido, inaccesible.
Hoy sueño un sol radiante
bajo tu blusa blanca,
bajo mi blusa blanca,
convertida la música en tu aroma.
Quiero cantar contigo el himno de las horas,
rozar abiertamente
tus labios con susurros
cambiando la canción a ritmo lento:
"If I had you", ya ves, si te tuviera…
