Me tienes...
Cada noche, cuando me acuesto y pienso que a mi lado te tengo,yo pongo estrellas entre tu piely la mía y te recorro entera, sendero tras sendero, cumbre tas cumbre; descalzando mi amor, desnudando tus sedas, vistiendo tus suspiros. Y así, Sirena, yo soy un hombre que te canta y se enamora de ti más acá del otro el lado de la luna, me siento la prolongación de tu sonrisa y de tu cuerpo en el abrazo de sentirte, de tenerte, de sabernos...Estando así, pensándote, te recorro y soy algo que crece, algo que sonríe despierto y que desea serte más caricia. Y es que, tierna mía, la caricia me la agolpas, no sabes tú de qué manera.Entonces, mi boca quiere besar la suavidad de tu boca y mis párpados caen colmados de deseo,tan susurrantes como consiente el aroma de tu cuello abajo,y siento como tu piel con su sedosa tibieza pide noches y mi boca deseosa pide noches, también.Noches silenciosas, de oscuras lunas suaves,noches largas, suntuosas, cruzadas de palomas,en un aire hecho manos, amor, ternura dada,noches como navíos...Qué afán el mío, Sirena, de navegarte despacio cada noche y encontrar la vida en la dádiva de tus besos, mientras tu aliento apasionado me desnuda las sienes y me estremece recorriendo mi dentro,y se estremece aún lo que no es aire,el haz ardiente de tu pelo,el terciopelo estremecido de tu voz, y, a veces, la ilusión ya poblada de caricias suspendidas que nos pueblany en las que me arropo cuando los párpados desciendenen el beso del sueño que nos llevaal amanecer de un nuevo beso...
Sólo tu amor y el agua...
Julio junto al río baña los racimos dorados de la tarde, y la luna calurosa viene subiendo, clara, ahuyentando las negras violetas de la sombra; mientras mi pensamiento fluye y te vuela...Yo voy perdido, náufrago por mares de deseo, cegado por la bruma suave de tu pelo. De tu pelo que ahoga la voz en mi garganta cuando se pierde mi boca en sus horas de niebla. Sólo tu amor de mujer y el agua.....El río, dulcemente, como el susurro de tu piel,calla sus rumores al pasar por nosotros, y el aire estremecido apenas se atrevea mover en tu orilla las hojas de mis latidos. Sólo se oye, dulce como el vuelo de un ángel al rozar con sus alas una estrella dormida, el choque fugitivo que quiere hacerse eterno, de mis labios bebiendo en los tuyos la vida. Lo puro de tus senos me muerde en el pecho con la fragancia tímida de dos lirios silvestres, de dos lirios mecidos por la inocente brisa cuando el verano extiende su ardor por las colinas. La noche se llena de olores de tomillo, y mientras en mis manos tu corazón duerme, perdido, acariciante, como un beso lejano, el río suspira..... Sólo tu amor y el agua... de tu ser, Sirena.
En Salamanca
Hace unos días por Salamanca paseéy, entre sus calles, a una ranita encontré;ella estaba boca arriba, muy plácidamente dormida, y a despertarla no me atreví.
Por aquellas cálurosas calles yo seguíy a una fachada prendido hasta el mar yo ví...
¡Ay, Sirena mía, cuánto te pensé!Volví a tomar tu mano y se hizo milagro:Radiante estaba el cielo cuando contigo,sin tú saberlo, por aquellas calles te paseé.
Obras son amores...de albañiles
Pronto abandonaré la casa, desde la cual registro estos sentimientos, para vivir en otra que aún no conozco, que sé más lejos, en una esquina de otro tiempo, más casona, más solitaria y hundida en el corazón de esta ciudad. Tal cambio no lo desearía sin antes pensarte, del principio al fin, pensarte por entero, Sirena, acabar de pensarte antes de este fin de semana en que me mudo y en el que debo embalar el azogue de este espejo donde te escribo.¡Qué de interferencias me está lanzando esta mudanza! ¡Qué de inquietudes y anhelos, de procelas, de interrupciones y contrariedades ante la inminencia de albañiles en mi casa!
¿Podré soportar, en una espera inmóvil y tranquila, el ascético silogismo de un reloj
y la finalización de unas obras que pueden durar
mucho más de lo que tardó en construirse el Escorial?
Es verano y anochece.